miércoles, 13 de marzo de 2013

Amor en el puerto.


Erase una vez, una mujer que acudía al puerto cada vez que estaba sola, la última vez que acudió al puerto, fue porque su novio le había dejado, ella muy triste no paraba de llorar, cada vez que se enfadaba, decía cosas como: que grande es el puerto con sus enormes barcos, el puerto no está solo tiene compañía, ojala yo fuera como el, ojala tuviera a alguien con el que vivir.

El puerto, escuchaba siempre lo que la mujer decía, pero derrepente apareció un apuesto pescador que también esta solo, la mujer tropezó con el hombre y le pidió perdón, el puerto sabía que ellos iban ha acabar casándose, pero ese momento no era muy oportuno al día siguiente se encontraron en una cafetería y decidieron tomar un café.

Un mes después, se volvieron a ver por la calle, al chico le gustaba tanto la chica, que decidió pedirle salir, quedaron en el puerto.

El chico llegó al puerto y se cayó en las dársenas, se hizo mucho daño y decidió ir a echarse agua del puerto.

Pero la chica no le veía entonces se puso ha llorar, el puerto se preguntaba porque lloraba la mujer.

La mujer se fue a su casa, cuando el hombre llegó la mujer no estaba y el hombre se fue.

Al día siguiente, la mujer llamó al hombre, para preguntarle porque no fue al puerto, el hombre se lo explico todo.

La mujer le preguntó que si quería salir, el hombre dijo que si.

Cuando la mujer y el hombre llegaron al puerto y el hombre le dijo si se quería casar con él y la mujer con el agua del puerto en los pies dijo que si quería.

El hombre y la mujer se casaron en el puerto, se fueron de luna de miel en un barco y vivieron cerca de la playa y el puerto.

Todas las mañanas veían el amanecer juntos en el puerto de Motril donde vivieron felices.


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